martes, 8 de noviembre de 2016

CAMPEONATO DE ESPAÑA DE TRIATLÓN LD. IBIZA 2016.

 

Pueden parecer excusas. Por una u otra causa este verano no he podido entrenar cómo hubiese querido. Pero tengo muy claro que antes que el triatlón están las obligaciones familiares y las laborales. Y todo influye. Además entrenar en Ibiza en verano se hace muy complicado y peligroso. Por eso no he cogido la bicicleta de carretera hasta el mes de Septiembre. Y en dos meses no se le pueden pedir peras al olmo. Rindes lo que entrenas. No hay más secreto.

Tras el Ibiza Blue Challenge de Junio me tomé varias semanas libres de entrenamientos. No me apetecía, estaba de bajón deportivo. El cambio de última hora del triatlón de distancia Ironman a un Half me había dejado chafado. Tube muy buenas sensaciones dutante toda la competición y se que hubiese hecho un buen papel en la distancia original. Y eso cala.

Así que después de un merecido descanso físico y mental me puse manos a la obra para preparar este Ibiza LD que tan buenas sensaciones me dejó el año pasado con mi sub 8 horas. Pero no era constante en mis entrenamientos, con parón por vacaciones familiares en Formentera durante la primera quincena de Julio y en Sevilla la primera semana de Septiembre. Por una u otra causa no he estado lo suficientemente motivado de cara a esta competición. Y lo he pagado.

En medio varias competiciones estivales en mi isla.

El Trail Ibiza Per la Salut de 10 km.

 
El Acuatló Ciutat D´Eivissa.
 

El trail de Sant Jordi de 17 km.

El Triatló de Cala Bassa.

El ACuatló de Sant Antoni.

El triatló Olímpic de Formentera.

 

Todas estas carreras me sirvieron para ir dándome cuenta que no llegaba en el estado de forma del año pasado. Ni mucho menos. Sobre todo el triatlón de Formentera, olímpico, en el que un problema con el sóleo izquierdo que arrastraba, unido a otro sobrevenido con el isquio derecho, me hicieron ir cojeando casi toda la carrera a pie. ¿Premonitorio?. Se ve que si.

 

A pesar de eso los últimos entrenos en compañía de amigos no me habían dejado demasaido mal sabor de boca. Estaba bien en la natación, regular en la bici y mal en la carrera a pié. El sóleo seguía molestando así que me puse un vendaje de kinesio y que fuese lo que tuviese que ser... Sobre todo a disfrutar.

 

Y llegó el día "D". Me encontraba bien, tranquilo como suele ser habitual en mí, y confiado en poder disfrutar sin demasiados inconvenientes de una carrera que me gusta. Aunque cambios de última hora en el trazado hicieron que la carrera a pie fuese más dura que la del año pasado, con séis subidas a la zona alta de Ibiza por las tres de la anterior edición. Iba a ser cuestión de supervivencia porque el día prometía ser calurosos y húmedo.

 

Para más inri el mar estaba bastante movidillo, sobre todo en la zona de la isla de las ratas. Esto provocó que tuviesen que ampliar la zona de seguridad alrededor de la isla apartando las boyas y que, como media, a todos nos salieran datos en los gps de unos 4400 a 4500 metors. Esto es 400 ó 500 metros de más. Personalmente no es algo que me perjudique puesto que me da algo más de ventaja ya que es mi mejor sector. Pero esto se notaría en el tiempo del sector y en el total.

 

Así que, como de costumbre, a salir suave e ir pasando nadadores. Tengo comprobado que es algo que me beneficia y motiva. Pero quizás salí demasiado suave porque antes de la primera boya ya estaba sólo y tirando de varias "rémoras" que se me iban uniendo a estela. Pero yo a lo mio. Al llegar a la isla el mar empeoraba bastante pero no demasiado como para poder soltar a los que llevaba a pies. Natación suave y fluída hasta dar la vuelta a la isla. Desde allí compruebo que cada cual tira para un lado. Mi referencia está clara, el edificio del Hotel Ibiza Playa, son muchas vueltas ya a este circuíto. Pero cada uno va a su bola menos los cuatro o cinco que llevo a pies. En el primer giro compruebo que llevamos más de 2200 metros y que el tiempo es de 36 minutos. No podré igualar el tiempo del año pasado ni de lejos, pero no es la misma distancia ni, tampoco, son las mismas condiciones de la piscina de la anteiror edición. No importa. Un nadador de mi grupo de edad me grita que me ponga ahora a sus pies hasta la primera boya, que llevamos el mismo ritmo. Qué jodio!, llevo las plantas de los pies arañadas por sus manos. Él va a mi ritmo, no yo al suyo.

 
Y lo compruebo cuando me pongo a sus pies. No aguanto ni cincuenta metros que ya le paso por la derecha, pero me abro mucho para que no se me acople de nuevo y lo consigo. Lo he dejado atrás y es un alivio. Me busca y veo que se esfuerza, así que pongo otra marcha y voy hacia un grupo que nos llevaba unos metros. Una vez allí me recreo arropado por los demás. Ahora me toca a mi ir a remolque, aunque tampoco es mi ritmo no importa, descanso y luego ya veremos. A la vuelta más de lo mismo. Cada uno para un lado y yo al mío. Nado sólo. Esta vez sin nadie a estela. Con mis referencias y mirando cada cinco brazadas. Disfruto del momento, nadar me encanta y en el mar más aún. Cuando llegamos cerca de la llegada volvemos a agruparnos varios nadadores. Pero no hay prisa.

Salgo en una hora y trece minutos. Una burrada comparado con la hora séis del año pasado, pero no importa.

 
Transición lenta mientras me subo el tritraje, bebo mi mezcla con gel y BCCA, me tomo un vial de magnesio y troto a por la bici. Recibo los ánimos de mi dona. Siempre está ahí. Y al lío, que son 120 kilómetros durillos y rompepiernas.

 
Como de costumbre me empiezan a pasar ciclistas como si fuese parado. Muchos intentan recuperar el tiempo perdido en la natación, pero este recorrido a esa velocidad les puede pasar factura. Yo a lo mio, que se el ritmo que puedo llevar. Disfruto subiendo a San Mateo sin pasarme de revoluciones. Voy bien de fuerzas y muscularmente. Reservando que me espera una carrera a pie dura y lo sé. Aún así paso a competidores del half, algunos conocidos, y nos animamos mutuamente.
 
La alegría del día me la levo al ver a Toni MARÍ, un buen amigo y compañero de entrenos que temía no pasar el tiempo de corte de la natación. Ahora sube como un tiro ocn la bici y bien acoplado. La primera vuelta se me va en un abrir y cerrar de ojos.
 
Buena vuelta, tranquilo y bien acoplado (cuando se podía...).

Y en la zona en la que giramos para afrontar la segunda vuelta allí está mi señora de nuevo. Subidón, subidón y a por la segunda.
 
 

Pero al subir la rampa de San Mateo veo que algo no va bien. El isquio derecho, que me suele dar problemas en la carrera a pie, empieza a ponerse rígido. Suavizo aún más el ritmo y parece que se calma, pero cuando me pongo d epie en las rampas más duras se me tensa y me pega un buen viaje. Jodido llego al final de la subida y estiro lo que puedo en la bajada. Bajo muy lento sin apenas pedalear hasta el giro y, cuando la carretera se pone cuesta arriba vuelvo a tener molestias. Joder!. Me tomo otro vial de magnesio que tenía reservado y me voy masajeando la zona pero no se calma. Cuando llego al pla de Sant Mateo me acoplo lo que puedo en la bici y es entonces cuando vuelvo a ser yo. Meto lo que puedo durante varios kilómetros, pero cuando me subo a la bici para el pequeño pero empinado repecho del mismo San Mateo me pega un zasca que me deja temblando. Esta vez he notado algo más, ha sido como cuando rasgas una tela. Algo se me debe haber jodido en el isquio. Voy suave con la bici masajeándome la zona. Me pasa hasta el apuntador pero temo volverme a hacer daño así que voy de paseo hasta la T2. El dolor no cesa pero es soportable. Finalmente casi cuatro horas y diez minutos de bici. Quince minutos más de lo previsto y entrenado.

 

Cunado bajo de la bici me doy cuenta que al correr molesta aún más. Cómo iría que pasé al lado de mi dona y no le dí ni un beso. Luego me comentó que le extrañó porque no es lo normal en mí y que eso, junto a que iba muy por encima del tiempo que había previsto, le hizo ver que no iba bien. Es mi sufridora oficial.
 
Intentando sonreir...

Y es cierto. Iba muy jodido y cabreado. Incluso en la zona de transición me planteé abandonar cuando me tuve que sentar para ponerme las zapatillas de correr y, al levantarme, tuve que apoyarme con las dos manos. El dolor era muy agudo y me daba miedo haberme roto algo de verdad porque, según se iba enfriando, dolía cada vez más. Así que busqué el ibuprofeno que suelo llevar en el portadorsal y para dentro. Comencé a andar y luego a trotar. Y me alegré de poder hacerlo, no las tenía todas conmigo. Pero en la primera rampa me puse a andar. No me quería arriesgar a otro arreón como el de la bici. Y esa fue la historia de la carrera. Corriendo cuando llaneaba y andando en las subidas y en alguna bajada. Mal ritmo de crucero y no por falta de fuerzas. De eso estaba bien, pero iba "cagado" por no hacerme más daño que el que intuía que ya tenía. Aún así el calor pasaba factura. Mi mujer se puso a ayudar en un avituallamiento, el intermedio, y entonces le conté lo que me ocurría. Cabreado. Pero no hay como quien te conoce bien para saber qué es lo que necesitas. Nada de compadecerte. Un beso y ánimo que ya lo tienes chupao. Me alegro de que estuviese allí, de que siempre esté. Le doy las gracias tras cada carrera y ella sabe por qué. Todos sufrimos "recortes" por "mi" afición. Ella se carga más de lo que debiera por el tiempo que debo dedicar a los entrenamientos. Lo asume. Y eso no debe ser fácil.

Lo bueno es que estoy rodeado de amigos. Tanto en carrera como ejerciendo de voluntarios. Ese "ahora llego al avituallamiento donde está Juanjo" "Allí está Pieter" "cóño, si el de la moto es Serrano" "buena cara que te hace la foto Luís, del Master".
Gracias por la foto y por los ánimos, Luís.
Y eso ayuda porque fueron asi tres horas y veinte minutos en lo que el año pasado me llevó dos horas y cuarenta y cuatro.

 
Al llegar a meta veo que mi dona está allí con mis dos niñas y que se preparan par aponerme la medalla. Estoy acabando y no las tenía todas conmigo.


Soy un diésel físicamente pero tengo que agradecer que el coco me funciona relativamente bien y sabe adaptarse a las circunstancias. Y es que una carrera de larga distancia, de la especialidad que sea, no es otra cosa que sacar lo entrenado y saber dosificarlo mentalmente mientras te adaptas a las cosas que te van ocurriendo. Hay que saber leer la información que te llega de tu cuerpo y actuar en consecuencia.

 

Al final 8:49:11. Puesto 169 del Campeonato de España de LD. Más de cincuenta minutos sobre el tiempo del año pasado pero casi el mismo puesto ( el 163 la pasada edición) y eso dice mucho de la dureza de la carrera de este año. No hay dos competiciones iguales aunque los circuítos no cambien. Hice el parcial 85 en la primera vuelta de natación, el 72 en la T1 (pasando gente hasta el final...), el 159 en la primera vuelta de bici, el 177 en la segunda (en la que debía apretar...) y el 173 en la carrera a pie (el cojo manteca).

 

Pero, después de todo, contento. Ahora descanso, a recuperar esta pata derecha que tántos problemas me está ocasionando, y de nuevo al lío. A preparar la FART del año que viene en marzo y la primera maratón de Ibiza en Abril. Dos semás nada más separan estas pruebas de 74 km. de trail y 42 de asfalto y hay que llevar una buena base para poder aguantar. Y en ello estamos. He podido volver a correr sin casi molestias tras dos semanas de parón total. Ahora al lío.