Pueden parecer excusas. Por una u
otra causa este verano no he podido entrenar cómo hubiese querido. Pero tengo
muy claro que antes que el triatlón están las obligaciones familiares y las
laborales. Y todo influye. Además entrenar en Ibiza en verano se hace muy
complicado y peligroso. Por eso no he cogido la bicicleta de carretera hasta el
mes de Septiembre. Y en dos meses no se le pueden pedir peras al olmo. Rindes
lo que entrenas. No hay más secreto.
Tras el Ibiza Blue Challenge de
Junio me tomé varias semanas libres de entrenamientos. No me apetecía, estaba de
bajón deportivo. El cambio de última hora del triatlón de distancia Ironman a
un Half me había dejado chafado. Tube muy buenas sensaciones dutante toda la
competición y se que hubiese hecho un buen papel en la distancia original. Y
eso cala.
Así que después de un merecido
descanso físico y mental me puse manos a la obra para preparar este Ibiza LD
que tan buenas sensaciones me dejó el año pasado con mi sub 8 horas. Pero no
era constante en mis entrenamientos, con parón por vacaciones familiares en
Formentera durante la primera quincena de Julio y en Sevilla la primera semana
de Septiembre. Por una u otra causa no he estado lo suficientemente motivado de
cara a esta competición. Y lo he pagado.
En medio varias competiciones
estivales en mi isla.
El Trail Ibiza Per la Salut de 10 km .
El Acuatló Ciutat D´Eivissa.
El trail de Sant Jordi de 17 km .
El Triatló de Cala Bassa.
El ACuatló de Sant Antoni.
El triatló Olímpic de Formentera.
Todas estas carreras me sirvieron
para ir dándome cuenta que no llegaba en el estado de forma del año pasado. Ni
mucho menos. Sobre todo el triatlón de Formentera, olímpico, en el que un
problema con el sóleo izquierdo que arrastraba, unido a otro sobrevenido con el
isquio derecho, me hicieron ir cojeando casi toda la carrera a pie.
¿Premonitorio?. Se ve que si.
A pesar de eso los últimos
entrenos en compañía de amigos no me habían dejado demasaido mal sabor de boca.
Estaba bien en la natación, regular en la bici y mal en la carrera a pié. El
sóleo seguía molestando así que me puse un vendaje de kinesio y que fuese lo
que tuviese que ser... Sobre todo a disfrutar.
Y llegó el día "D". Me
encontraba bien, tranquilo como suele ser habitual en mí, y confiado en poder
disfrutar sin demasiados inconvenientes de una carrera que me gusta. Aunque
cambios de última hora en el trazado hicieron que la carrera a pie fuese más
dura que la del año pasado, con séis subidas a la zona alta de Ibiza por las
tres de la anterior edición. Iba a ser cuestión de supervivencia porque el día
prometía ser calurosos y húmedo.
Para más inri el mar estaba
bastante movidillo, sobre todo en la zona de la isla de las ratas. Esto provocó
que tuviesen que ampliar la zona de seguridad alrededor de la isla apartando las
boyas y que, como media, a todos nos salieran datos en los gps de unos 4400 a 4500 metors. Esto es
400 ó 500 metros
de más. Personalmente no es algo que me perjudique puesto que me da algo más de
ventaja ya que es mi mejor sector. Pero esto se notaría en el tiempo del sector
y en el total.
Así que, como de costumbre, a
salir suave e ir pasando nadadores. Tengo comprobado que es algo que me
beneficia y motiva. Pero quizás salí demasiado suave porque antes de la primera
boya ya estaba sólo y tirando de varias "rémoras" que se me iban
uniendo a estela. Pero yo a lo mio. Al llegar a la isla el mar empeoraba
bastante pero no demasiado como para poder soltar a los que llevaba a pies.
Natación suave y fluída hasta dar la vuelta a la isla. Desde allí compruebo que
cada cual tira para un lado. Mi referencia está clara, el edificio del Hotel
Ibiza Playa, son muchas vueltas ya a este circuíto. Pero cada uno va a su bola
menos los cuatro o cinco que llevo a pies. En el primer giro compruebo que
llevamos más de 2200 metros
y que el tiempo es de 36 minutos. No podré igualar el tiempo del año pasado ni
de lejos, pero no es la misma distancia ni, tampoco, son las mismas condiciones
de la piscina de la anteiror edición. No importa. Un nadador de mi grupo de
edad me grita que me ponga ahora a sus pies hasta la primera boya, que llevamos
el mismo ritmo. Qué jodio!, llevo las plantas de los pies arañadas por sus
manos. Él va a mi ritmo, no yo al suyo.
Y lo compruebo cuando me pongo a sus
pies. No aguanto ni cincuenta metros que ya le paso por la derecha, pero me
abro mucho para que no se me acople de nuevo y lo consigo. Lo he dejado atrás y
es un alivio. Me busca y veo que se esfuerza, así que pongo otra marcha y voy
hacia un grupo que nos llevaba unos metros. Una vez allí me recreo arropado por
los demás. Ahora me toca a mi ir a remolque, aunque tampoco es mi ritmo no
importa, descanso y luego ya veremos. A la vuelta más de lo mismo. Cada uno
para un lado y yo al mío. Nado sólo. Esta vez sin nadie a estela. Con mis
referencias y mirando cada cinco brazadas. Disfruto del momento, nadar me
encanta y en el mar más aún. Cuando llegamos cerca de la llegada volvemos a
agruparnos varios nadadores. Pero no hay prisa.
Salgo en una hora y trece
minutos. Una burrada comparado con la hora séis del año pasado, pero no
importa.
Transición lenta mientras me subo
el tritraje, bebo mi mezcla con gel y BCCA, me tomo un vial de magnesio y troto
a por la bici. Recibo los ánimos de mi dona. Siempre está ahí. Y al lío, que
son 120 kilómetros
durillos y rompepiernas.
Como de costumbre me empiezan a
pasar ciclistas como si fuese parado. Muchos intentan recuperar el tiempo
perdido en la natación, pero este recorrido a esa velocidad les puede pasar
factura. Yo a lo mio, que se el ritmo que puedo llevar. Disfruto subiendo a San
Mateo sin pasarme de revoluciones. Voy bien de fuerzas y muscularmente.
Reservando que me espera una carrera a pie dura y lo sé. Aún así paso a
competidores del half, algunos conocidos, y nos animamos mutuamente.
La alegría
del día me la levo al ver a Toni MARÍ, un buen amigo y compañero de entrenos
que temía no pasar el tiempo de corte de la natación. Ahora sube como un tiro
ocn la bici y bien acoplado. La primera vuelta se me va en un abrir y cerrar de
ojos.
Buena vuelta, tranquilo y bien acoplado (cuando se podía...). |
Y en la zona en la que giramos para afrontar la segunda vuelta allí está mi señora de nuevo. Subidón, subidón y a por la segunda.
Pero al subir la rampa de San
Mateo veo que algo no va bien. El isquio derecho, que me suele dar problemas en
la carrera a pie, empieza a ponerse rígido. Suavizo aún más el ritmo y parece
que se calma, pero cuando me pongo d epie en las rampas más duras se me tensa y
me pega un buen viaje. Jodido llego al final de la subida y estiro lo que puedo
en la bajada. Bajo muy lento sin apenas pedalear hasta el giro y, cuando la
carretera se pone cuesta arriba vuelvo a tener molestias. Joder!. Me tomo otro
vial de magnesio que tenía reservado y me voy masajeando la zona pero no se
calma. Cuando llego al pla de Sant Mateo me acoplo lo que puedo en la bici y es
entonces cuando vuelvo a ser yo. Meto lo que puedo durante varios kilómetros,
pero cuando me subo a la bici para el pequeño pero empinado repecho del mismo
San Mateo me pega un zasca que me deja temblando. Esta vez he notado algo más,
ha sido como cuando rasgas una tela. Algo se me debe haber jodido en el isquio.
Voy suave con la bici masajeándome la zona. Me pasa hasta el apuntador pero
temo volverme a hacer daño así que voy de paseo hasta la T2. El dolor no cesa
pero es soportable. Finalmente casi cuatro horas y diez minutos de bici. Quince
minutos más de lo previsto y entrenado.
Cunado bajo de la bici me doy
cuenta que al correr molesta aún más. Cómo iría que pasé al lado de mi dona y
no le dí ni un beso. Luego me comentó que le extrañó porque no es lo normal en
mí y que eso, junto a que iba muy por encima del tiempo que había previsto, le
hizo ver que no iba bien. Es mi sufridora oficial.
Intentando sonreir... |
Y es cierto. Iba muy jodido y
cabreado. Incluso en la zona de transición me planteé abandonar cuando me tuve
que sentar para ponerme las zapatillas de correr y, al levantarme, tuve que
apoyarme con las dos manos. El dolor era muy agudo y me daba miedo haberme roto
algo de verdad porque, según se iba enfriando, dolía cada vez más. Así que
busqué el ibuprofeno que suelo llevar en el portadorsal y para dentro. Comencé
a andar y luego a trotar. Y me alegré de poder hacerlo, no las tenía todas
conmigo. Pero en la primera rampa me puse a andar. No me quería arriesgar a
otro arreón como el de la bici. Y esa fue la historia de la carrera. Corriendo
cuando llaneaba y andando en las subidas y en alguna bajada. Mal ritmo de
crucero y no por falta de fuerzas. De eso estaba bien, pero iba
"cagado" por no hacerme más daño que el que intuía que ya tenía. Aún
así el calor pasaba factura. Mi mujer se puso a ayudar en un avituallamiento,
el intermedio, y entonces le conté lo que me ocurría. Cabreado. Pero no hay
como quien te conoce bien para saber qué es lo que necesitas. Nada de
compadecerte. Un beso y ánimo que ya lo tienes chupao. Me alegro de que
estuviese allí, de que siempre esté. Le doy las gracias tras cada carrera y
ella sabe por qué. Todos sufrimos "recortes" por "mi"
afición. Ella se carga más de lo que debiera por el tiempo que debo dedicar a
los entrenamientos. Lo asume. Y eso no debe ser fácil.
Lo bueno es que estoy rodeado de
amigos. Tanto en carrera como ejerciendo de voluntarios. Ese "ahora llego
al avituallamiento donde está Juanjo" "Allí está Pieter"
"cóño, si el de la moto es Serrano" "buena cara que te hace la
foto Luís, del Master".
Gracias por la foto y por los ánimos, Luís. |
Y eso ayuda porque fueron asi tres horas y veinte
minutos en lo que el año pasado me llevó dos horas y cuarenta y cuatro.
Soy un diésel físicamente pero tengo que agradecer que el coco me funciona relativamente bien y sabe adaptarse a las circunstancias. Y es que una carrera de larga distancia, de la especialidad que sea, no es otra cosa que sacar lo entrenado y saber dosificarlo mentalmente mientras te adaptas a las cosas que te van ocurriendo. Hay que saber leer la información que te llega de tu cuerpo y actuar en consecuencia.
Al final 8:49:11. Puesto 169 del
Campeonato de España de LD. Más de cincuenta minutos sobre el tiempo del año
pasado pero casi el mismo puesto ( el 163 la pasada edición) y eso dice mucho
de la dureza de la carrera de este año. No hay dos competiciones iguales aunque
los circuítos no cambien. Hice el parcial 85 en la primera vuelta de natación,
el 72 en la T1 (pasando gente hasta el final...), el 159 en la primera vuelta
de bici, el 177 en la segunda (en la que debía apretar...) y el 173 en la
carrera a pie (el cojo manteca).
Pero, después de todo, contento.
Ahora descanso, a recuperar esta pata derecha que tántos problemas me está
ocasionando, y de nuevo al lío. A preparar la FART del año que viene en marzo y
la primera maratón de Ibiza en Abril. Dos semás nada más separan estas pruebas
de 74 km .
de trail y 42 de asfalto y hay que llevar una buena base para poder aguantar. Y
en ello estamos. He podido volver a correr sin casi molestias tras dos semanas
de parón total. Ahora al lío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario