martes, 9 de junio de 2020

IBIZA TRAIL MARATÓN 2018. 28/10/2018.


IBIZA TRAIL MARATÓN 2018. 28/10/2018.


A más de un año vista, poco puedo comentar de esta carrera. Es una prueba que me encanta, y en la que participan corredores venidos de muchos países. Se ha creado cierto caché en el mundo del Trail Running y es un lujo tenerla en casa.

El problema es que suele conincidir con el Half Triatlón de Ibiza, y eso me hace tener que decidirme entre una competición u otra. Es una decisión dura, pero cada vez tiro más al monte, y dado que me he inscrito a la Ultra trail de Ibiza de principios de Diciembre, esta competición en Octubre me viene genial.

Muy buena organización y un recorrido precioso por la zona norte de Sant Antoni de Portmany, pasando por torrentes, calas, la zona de Es Amunts, Cap Nonó. En resumen, una prueba muy recomendable y corrible. No tiene demasiado desnivel pero, al estar muy próxima a la costa, y por las condiciones especiales de Ibiza, se puede hacer muy dura.

Este año compito como preparación para la Ibiza Ultra Trail de principios de Diciembre. A poco más de un mes vista puede ser un test perfecto para comprobar el progreso de los entrenamientos y para poder detectar deficiencias subsanables en este tiempo.

Participo confiado. Llevo buenos entrenamientos y estoy bien de peso. Un poco cargado por las horas dedicadas esta semana. Que se trate de un test no me ha permitido bajar demasiado ni la carga ni la intensidad esta semana. Y lo noto. Pero de eso se trata.

El día anterior diluvia, lo que hace que el recorrido se vuelva técnico y un poco peligroso en determinadas zonas. Debido a ello la organización, con buen criterio, decide que se darán dos vueltas al trazado de la media maratón dado que la zona de Es Amunts y Corrales den Guillem se ha vuelto peligrosa y ha habido desprendimientos.

El recorrido de la media es más asequible y menos técnico. Con un desnivel significativo, eso si, lo que unido a lo resbaladizo del terreno hace que los tiempos no se presuman que puedan cambiar con respecto al trazado original.

Acudo con mis Hoka Speedgoat que he comprobado que se defienden a las mil maravillas en terreno graso y roca mojada. Se agarran como una lapa y, aunque no sean demasiado rápidas, aportan seguridad.

Antes de comenzar cae un tremendo chaparrón, por lo que ya salimos empapados. Posteriormente, durante el recorrido, nos caerán un para de ellos pero no tan copiosos como el primero.

Comienzo con buenas sensaciones. Atrás, como a mí me gusta. Siempre he preferido adelantar a ser adelantado.


El inicio es suave hasta la subida a Sa Talia de Sant Antoni, donde ya se forma trenecito, de ahí al primer avituallamiento en Cala Salada es terreno fácil salvo por un torrente muy resbaladizo. Se forma cola en una bajada en la que la organización ha puesto cuerdas. Tardamos una eternidad en descender ese tramo, pero no es cuestión de agobiar a los de adelante. Quizás, y nota mental para el año próximo, lo más apropiado hubiese sido salir un poco más fuerte y no perder tantos minutos esperando mi turno par ala bajada. Las Speedgoat se comportan de maravilla y voy avanzando puesto conforme llego a Cala Salada. De ahí una subida suave, pero larga y constante hasta el desvio a Cap Nonó. Avituallamiento que me paso ya que llevo configuración de Ultra, con la camel con 1,5 litros de agua y dos Soft de 650 ml de isotónico.


La primera subida a Cap Nonó se hace bien, la segunda será más dura. Bajada a Cala Salada y vuelta a Sant Antoni para la segunda vuelta. Voy genial y bien de tiempo. Mi previsión es bajar de 6 horas y a este paso acabaré por debajo de 5:30 horas.


La segunda vuelta más de lo mismo pero ya sin agobios ni trenecitos. En la subida a Cap Nonó se me rampa el isquio derecho y me hace parar un buen rato a recuperar. Es mi cruz. Me faltan parte del cuádriceps y del semitendinoso de esa pierna por una antigua lesión. Mi pisada sufre por ello y es habitual que me repercuta en sobrecarga del isquio. Me ocurre en triatlón y en trail. Estoy acostumbrado, pero no por ello deja de molestarme. Pero sé lo que hacer, un buen estiramiento, un poco de reposo masajeando la zona y empezar a subir de espaldas hasta que se normalice la tensión del músculo. Corredores que me pasaban se mostraban extrañados por verme subir de espaldas, pero me funciona.

A mitad de la subida a Cap Nonó ya puedo de nuevo subir de frente. Me hago con un palo para poder liberar un poco a la pierna derecha de las zonas con más pendiente y lo dejo en el punto geodésico de Cap Nonó.

A partir de ahí bajada técnica que hago con mucha suavidad por las molestias que me quedan y, de ahí a meta, tranquilidad y sin forzar ya que noto que la zona se ha quedado ligeramente dolorida y no quiero forzar una lesión a poco más de un mes de la Ultra.



Cuando llego a Meta soy feliz. He disfrutado y apenas he sufrido. Lo que soñamos todos en una competición. Llego sobradamente por debajo de 6 horas (las 5:30 se esfumaron cuando me dio el arrechucho al isquio) y encima están mi dona y mis dos niñas esperándome. Finalmente 05:44:11. Buen tiempo.

Qué más se puede pedir!. Ahora a dar las últimas puntadas a la preparación de la Ultra y a intentar disfrutarla también.




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